Entre la tradición y la historia

San Blas es Patrón de enfermedades de la garganta y laringólogos.

San Blas era un médico y obispo armenio que vivió en el siglo IV y fue considerado mártir cristiano, al sufrir torturas y ser ejecutado durante el mandato del emperador romano Licinio. Según los escritos de la época, Blas de Sebaste, como así era conocido antes de ser santo, vivía en una montaña como un ermitaño. Hasta allí se desplazaban multitud de personas y animales, pues era muy conocido su don de curación milagrosa.

San Blas nació en medio de una familia acaudalada y de padres nobles. Fue educado cristianamente y se consagró como Obispo cuando todavía era muy joven en la ciudad de Sebaste, Armenia. San Blas fue médico, pero cuando comenzó la persecución a los cristianos, por inspiración divina, se retiró a una cueva en el Monte Argeus haciendo vida eremítica, frecuentada por fieras salvajes, a quienes el santo los atendía y curaba cuando estaban enfermos.

Con la llegada de las tropas de Agrícola, que era gobernador de Capadocia, llegó su terrible final. Al parecer, los soldados de Agrícola buscaban animales para cazar cuando se encontraron una cola de ellos que esperaban a la entrada de la cueva donde San Blas sanaba.

En ese momento fue capturado, y al no renegar de su fe, el gobernador mandó que lo mataran echándolo a un lago. Pero este flotó en pie sobre el agua e invitó a los soldados a que hiciesen lo mismo con la ayuda de sus dioses. Los soldados se ahogaron y cuando regresó a tierra, sufrió torturas y fue decapitado. Uno de los milagros más reconocidos del mártir fue el de salvar a un niño que se estaba atragantando porque tenía una espina de pescado atravesada en la garganta. Por esta obra, pasó a ser considerado como el protector de las gargantas.

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